APELA A LA ILEGALIDAD:El decálogo de Pamies (9)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Josep Pamies es un rebelde. Al menos, así se ve él y esa es la imagen que proyecta. En diversas ocasiones se jactó de saltarse la ley a la torera y al diablo con las consecuencias.Eso es lo que vi y oí en su charla de Granada.

 

Podemos comenzar por cuando habló y no paró sobre los intereses de Endesa e Iberdrola en gravar a los usuarios de placas solares, eso que se conoce como “impuesto al sol.” Pamies dijo que tenía gran número de placas solares en su huerta, y que también utiliza generadores con células de combustible. Bien por él. Menos bien es que declare que no va pagar ningún impuesto, y que si le cortan la luz que se la corten. Cierto es que ese “impuesto al sol” es altamente impopular y no tiene sentido en un mundo que intenta librarse de los combustibles fósiles; a pesar de ello, si decide no pagar una tasa legal que se atenga a las consecuencias de sus actos.

 

Más gorda, sin embargo, es su afirmación de que planta marihuana (con fines medicinales) y que va a seguir haciéndolo. Por lo que contó, ya le confiscaron las plantas, le denunciaron y está a la espera de juicio. Lejos de amilanarse, dice que ha plantado aún más plantas porque tiene mucha demanda debido a gente que se la pide como remedio contra el cáncer (nuevamente los casos personales); que le da lo mismo ir a la cárcel por setenta plantas que por cien o por doscientas; y que si acaban condenándolo no le importa porque a esas alturas de su vida ya tendría 70 años “y creo que a esa edad te rebajan la mitad de la pena.” Acabó con un alegato a favor del cannabis, no solamente como remedio curativo sino también lúdico, afirmando que “la marihuana nunca ha matado a nadie.”

 

Por si las moscas, también en su web se esconde tras el grupo. En un comunicado que pide la legalización de la marihuana, explica que él no es realmente culpable de plantar marihuana (cito): “yo cedo la tierra a la Asociación Dulce Revolución y los ayudo a cultivar las plantas hasta que sus propietarios las vienen a buscar.” En el mismo comunicado hace un llamamiento a desobedecer la ley plantando marihuana. Al margen de lo que uno pueda pensar al respecto, violar una ley es ilegal, y animar a otro a que lo haga también lo es.

 

Ese tomo de rebeldía manifiesta se mantuvo durante toda su charla. Al hablar de una planta en concreto, dijo que “es ilegal que la vendamos pero las tengo en [los expositores que hay en] la puerta, y si me abren un expediente que me lo abran, me lo tomaré como otra medalla.” En otros momentos, al hablar de alguna planta, incidió en lo mismo. Llegó al extremo de animar a la rebeldía, y dio instrucciones para eludir responsabilidades. Por lo visto, parece creer que un acto ilegal no es perseguible si se atribuye a un grupo en lugar de a un individuo, por lo que anima a que la gente se agrupe.

 

Sus ilegalidades llegan hasta el punto de pasar consulta en directo, respondiendo preguntas sobre enfermedades y ofreciendo soluciones como si se tratase de un médico. Y no solamente lo hace en directo. En la web de Pamies (Dulce Revolución) hay una página sobre consultas de salud, y en ella se afirma que “la consulta de salud que te ofrecemos es en calidad de socio simpatizante o socio colaborador de la Asociación Dulce Revolución de las Plantas Medicinales,” lo que sugiere que muy legal no debe de ser. Da igual, porque la gente estaba encantada.

La rebeldía le salió muy bien a James Dean y a Robin Hood. ¿Por qué no usarla? Al público le encanta que otros se salten la ley a la torera.

 
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